REFINERÍA POLIMETALÚRGICA:
UN NUEVO HORIZONTE PARA LA MINERÍA
Las Cruces se encuentra en la actualidad desarrollando los primeros trabajos para la puesta en marcha del nuevo proyecto PMR (siglas en inglés de Poly Metallurgical Refinery). Se desarrollará una mina de interior para la explotación de un nuevo yacimiento polimetálico, situado bajo el que se ha venido explotando (2009-2020). Y se construirá la primera refinería polimetálica de sus características en el mundo, con tecnología patentada por CLC, para la producción de cuatro metales refinados: cobre, zinc, plomo y plata.
La tecnología de este proyecto representa, de nuevo, una innovación en la minería mundial al completar el proceso “de la mina al metal”. Este modelo, con el que CLC ha producido hasta ahora el cobre más puro del mercado (99,999%), se ha perfeccionado y ampliado para procesar el mineral polimetálico.
Se trata de un material muy abundante en la Faja Pirítica andaluza, pero hasta ahora muy complejo de procesar por la dificultad de separar sus distintos componentes y de hacerlo en condiciones óptimas de aprovechamiento y rentabilidad. Esta tecnología permitirá no sólo hacer viable el recurso interno, sino también abre la posibilidad de tratar el material polimetálico externo procedente de otros yacimientos.
Una vez puesto en marcha, el proyecto prevé un periodo de actividad de al menos 18 años, con una inversión estimada superior a los 500 millones de euros, a la que se sumará una inversión adicional para la puesta en marcha de instalaciones de autoabastecimiento energético mediante renovables. El empleo directo en operación alcanzará las 900 personas.
El proyecto de Refinería Polimetalúrgica de CLC está plenamente alineado con el Pacto Verde Europeo, ya que los metales que se producirán en Las Cruces permitirán suministrar a la industria europea materias primas estratégicas para la transición energética y digital, reduciendo la dependencia de mercados externos, como China.
Se trata de metales clave para la electrificación, las energías renovables, el vehículo eléctrico o las baterías de almacenamiento energético. Como ejemplo, un vehículo eléctrico precisa cuatro veces más cobre que uno de combustión convencional.
El nuevo proyecto prevé abastecerse de energías renovables como la solar o la bioenergía, tanto en la planta industrial como en las operaciones de transporte del mineral. También en materia ambiental, se ha calculado una huella de carbono (emisiones CO2) un 90% inferior comparado con la cadena de producción de metal convencional, contribuyendo así al objetivo de descarbonización de nuestra economía.
El proyecto PMR incorpora las mejores técnicas en materia ambiental: uso sostenible del agua, residuos mineros encapsulados (en CLC no hay balsas de lodos), un 90% de reducción de la huella de carbono (gracias al procesamiento del mineral in situ, sin necesidad de transportarlo a una fundición), suministro eléctrico y térmico mediante energías renovables, así como la rehabilitación ambiental progresiva de todos los espacios afectados por la operación minera.